Pese a la calidad de los comics de Dark Horse siempre ha quedado relegada a un segundo plano, no llegándose a saber muy bien si es la tercera de las grandes tras Marvel y DC (actualmente gana por poquito a Image) o si se trata de una gran editorial independiente.
En 1986 nació esta editorial con la publicación de Dark Horse Presents nº1 con Black Cross de Chris Warner. No tardaría en sumarse a esta iniciativa Paul Chadwick con su genial Concrete. Poco a poco se irían uniendo autores como Frank Miller y Dave Gibbons con la saga de Martha Washington, Geoff Darrow con Hard Boiled, Matt Wagner y su Grendel y muchísimos otros que llegarían más tarde.
Además, para 1989 ya se había hecho con las licencias de Alien y Predator y, para el 91, con Star Wars. Estas franquicias ya proporcionaron una estabilidad a la editorial y un éxito que la convirtió en la tercera editorial americana en cuanto a volumen de ventas, tras los gigantes Marvel y DC.
La nueva popularidad y una política de derechos de autor mucho más abierta que la de las grandes le sirvió para que en 1994 John Byrne (Next Men), Arthur Adams (Monkey Man & o'Brien), Dave Gibbons (Martha Washington), Geoff Darrow (Hard Boiled), Paul Chadwick (Concrete), Mike Mignola (Hellboy), Frank Miller (Sin City), Walter Simonson (StarSlammers) y Mike Alred (Madman) fundaran el sello Legend bajo la tutela de Dark Horse. Este mismo año, además, comenzó a publicar varios títulos japoneses como Ghost in the Shell y Oh, my Goddes.
La editorial iba viento en popa, pero aún podía mejorar y de hecho lo hizo. No tuvieron que esperar si quiera al año siguiente para que el éxito comercial de The Mask y Time Cop (ambas franquicias de la casa) se sumaran a las iniciativas de ese año 94 y lo convirtieran en el año de oro para Dark Horse.
Pese a funcionar en muchos aspectos como una editorial independiente, Dark Horse ya estaba consolidada como una de las grandes. Cuando un autor quería crear su propia serie y conservar los derechos tenía muchas opciones a la hora de elegir editorial, pero sólo dos de ellas eran realmente competitivas. Mientras que Image se especializó en los autores hot del momento, Dark Horse fichaba a monstruos como Bryan Talbot, Stan Sakai, Sergio Aragonés o P. Craig Russell. Quizá no tenían el tirón comercial de los autores de Image pero su calidad aseguraba una continuidad mucho mayor, como demostró el declive de Image.
Actualmente Dark Horse ostenta las licencias de multitud de series manga (Hellsing, Trigun, Blade of the Immortal o la obra de Masamune Shirow) y de franquicias cinematográficas y televisivas tan rentables como Star Wars, Buffy, Conan o La Guerra de los Mundos.
Obviando éstas no obstante, tiene otros pilares que por sí solos podrían sustentarla. Los más importantes son Hellboy de Mike Mignola y Sin City de Frank Miller (apoyados por sendas películas), así como Usagi Yojimbo de Stan Sakai, The Goon de Eric Powell o Grendel (Aunque el bueno de Matt Wagner lo tenga un poco dejado).
El problema ha sido que no llegan a ser comic mainstream, como los superhéroes, ni del todo gafapásticos. Esto provoca que sea ignorada por el grueso de los dos extremos, pero que haga las delicias de los que nos quedamos en el medio.
Fuente: Laintxo
En 1986 nació esta editorial con la publicación de Dark Horse Presents nº1 con Black Cross de Chris Warner. No tardaría en sumarse a esta iniciativa Paul Chadwick con su genial Concrete. Poco a poco se irían uniendo autores como Frank Miller y Dave Gibbons con la saga de Martha Washington, Geoff Darrow con Hard Boiled, Matt Wagner y su Grendel y muchísimos otros que llegarían más tarde.
Pese a funcionar en muchos aspectos como una editorial independiente, Dark Horse ya estaba consolidada como una de las grandes. Cuando un autor quería crear su propia serie y conservar los derechos tenía muchas opciones a la hora de elegir editorial, pero sólo dos de ellas eran realmente competitivas. Mientras que Image se especializó en los autores hot del momento, Dark Horse fichaba a monstruos como Bryan Talbot, Stan Sakai, Sergio Aragonés o P. Craig Russell. Quizá no tenían el tirón comercial de los autores de Image pero su calidad aseguraba una continuidad mucho mayor, como demostró el declive de Image.
Obviando éstas no obstante, tiene otros pilares que por sí solos podrían sustentarla. Los más importantes son Hellboy de Mike Mignola y Sin City de Frank Miller (apoyados por sendas películas), así como Usagi Yojimbo de Stan Sakai, The Goon de Eric Powell o Grendel (Aunque el bueno de Matt Wagner lo tenga un poco dejado).
El problema ha sido que no llegan a ser comic mainstream, como los superhéroes, ni del todo gafapásticos. Esto provoca que sea ignorada por el grueso de los dos extremos, pero que haga las delicias de los que nos quedamos en el medio.
Fuente: Laintxo